miércoles, 21 de noviembre de 2007
Sopa de otoño
Todas las mañanas caminaba por la Alameda de los Descalzos en el Rimac para ir a la escuela. Los días de garúa (en Lima nunca llueve) era medio peligroso caminar por allí porque podías darte un tremendo resbalón, pero lo más bacán era cuando se llenaba de hojas secas que caían con la llegada del otoño.
La primera vez que vi la alameda así, tenía 4 ó 5 años, le pregunté sorprendido a mi madre qué era eso, y me explicó que era el otoñó. Por la tarde, al regresar a casa, me sirvieron una sopa caliente con abundante orégano. Al termimar, le dije a mamá que la sopa había estado muy rica, pero que la próxima vez no le eche tanto otoño a la sopa.
Ahora extraño tanto la sopa de otoño.
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6 comentarios:
nunca pierdas tu espacio...ni pierdas las cosas que amas hacer...gracias a tu comentario lle´gué a tu blog...seamos lectores mutuos...beso gordo
Entrada tan corta, tan bonita y profunda, felicitaciones.
livia: tienez razón, como dicen los criollos "nadie nos quitará lo bailado".
marilia: gracias por tu comentario.
ey, yo tambien soy del rimac, pero a mi lo que me hace recordar el otoño es el pan con mantequilla con leche on cocoa.
Saludos
pan con mantequilla y leche con cocoa... golpe de seis de la tarde??
ufff lo máximo
qué recuerdos de la alameda¡¡¡
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